*Biografía:
Gustavo Adolfo Bécquer, fue un poeta y narrador español, perteneciente al movimiento del Romanticismo, aunque en una etapa, escribió Realismo. Pero, aparte de su importante lírica, Gustavo Adolfo Bécquer fue también un gran narrador y periodista. Escribió veintiocho narraciones del género leyenda, muchas de ellas pertenecientes al género del relato gótico o de terror. Nació en Sevilla, el 17 de febrero de 1836. Sus más conocidos trabajos son sus Rimas y Leyendas. Fue hijo del pintor José Domínguez Insausti y de Joaquina Bastida de Vargas. En el año 1857, padeció de una cruel tuberculosis, que le habría llevado a morir. Tuvo un modesto empleo dentro de la Dirección de Bienes Nacionales y perdió el puesto. Hacia 1850 conoció a Josefina Espín, pero el romance no duró mucho, pues se separaron el poco tiempo. Conoció a otra amante más, pero, de nuevo, se divorció, y finalmente se casó con Casta Esteban. En 1860, publica Cartas literarias a una mujer. Murió en diciembre de 1870, en Sevilla.
*Poesía:
Libro de los Gorriones:
Rima VII:
Fatigada del baile,
encendido el color, breve el aliento,
apoyada en mi brazo
del salón se detuvo en un extremo.
Entre la leve gasa
que levantaba el palpitante seno,
una flor se mecía
en compasado y dulce movimiento.
Como en cuna de nácar
que empuja el mar y que acaricia el céfiro,
dormir parecía al blando
arrullo de sus labios entreabiertos.
¡Oh! ¡quién así, pensaba,
dejar pudiera deslizarse el tiempo!
¡Oh! si las flores duermen,
¡qué dulcísimo sueño!
*Leyenda de: “Maese Pérez, el organista”:
MAESE PÉ REZ EL ORGANISTA
(Leyenda de Sevilla)
Había en una convento Sevillano, llamado Santa Inés un famoso organista llamado Maese Pérez al cual iba a escuchar toda Sevilla. El día de la misa del Gallo ésta se retrasa porque Maese Pérez está enfermo y un organista envidioso y enemigo de Maese Pérez se ofrece para tocar, en esto aparece Maese Pérez que es llevado en un sillón por sus incondicionales diciendo que no quería morir sin tocar en aquella misa. Cuando comienza la consagración resuena majestuoso el órgano hasta que de repente este queda mudo, Maese Pérez acaba de morir.
En la Misa de Gallos del año siguiente para sustituir a Maese Pérez le viene un nuevo organista al que toda la gente creía uy malo, pero la melodía del órgano sonaba como siempre, al terminar de tocar, el nuevo organista juro que jamás volvería a tocar ese órgano. A los dos años de la muerte de Maese Pérez, la madre superiora encargó a la hija de éste, la cual había entrado de novicia que fuera ella la encargada de tocar el órgano. En el momento de la consagración la hija de Maese da un grito diciendo que ve a su padre tocando, pero el órgano suena solo sin que nadie lo toque.
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