Las uvas son el elemento esencial por el cual se elabora finalmente el vino, mediante la fermentación de su mosto o zumo. La fermentación es la parte principal del proceso de la elaboración del vino. Se produce por la acción que realizan levaduras, que transforman los azúcares del fruto en alcohol y diferentes gases. El vino no puede elaborarse de forma alguna sin la fermentación. Para ello, cuando se mete el zumo de uva en un recipiente bajo tierra, los azúcares del zumo de uva se transforma en alcohol. Esto ocurre por la falta de oxígeno. Normalmente, cuando el zumo ya está transformado en alcohol, lo llevan a bodegas. Una vez allí lo meten en barriles, en los que esta bebida puede estar bastante tiempo.
Antiguamente, se procedía al prensado de las uvas directamente tras la vendimia con el objetivo de obtener el zumo. Era habitual ver personas descalzas pisando la recolección de uvas en recipientes perforados en el fondo.
Y así se transforma el zumo de uva en vino
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